27 marzo, 2007

Ups!

Más gráfico... imposible!

22 marzo, 2007

Mi madre bella

Mañana 23 de marzo es su cumple. En esta foto tenía más o menos mi edad.

Definitivamente no hay como una madre, y como ella es la mía, pues para mi es la mejor. Entre lo mucho que podría halagar de ella, está su entrega a su familia y sobre todo a sus hijos. Yo a veces dudo poder aguantar unos hijitos cómo mis hermanitos...;) , pero el amor cubre las faltas cómo dice sabiamente la biblia, y cuánto más el amor de una madre.

Para los que practican la oración y han descubierto esta fabulosa llave, les pido en este momento su bendición para ella y de antemano se los agradezco con una sonrisa y un abrazo a la distancia. Ah! y felicidades por sus fenomenales madres también.

Alguna grandiosa fuente tuvo que vertir ese buen producto que hoy lleva un nombre y como segundo apellido el sello maternal.

08 marzo, 2007

Cuentos para pensar (4)

El hombre estaba tras el mostrador, mirando la calle distraídamente. Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado objeto. Entró en el negocio y pidió para ver el collar de perlas.
- "Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?". - dijo ella.
El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó: - ¿Cuánto dinero tienes?
Sin dudar, sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz: - "¿Esto alcanza?"
Eran apenas algunas monedas las que exhibía orgullosa.
-"¿Sabe?, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy segura que quedará feliz con el collar".
El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
-"Toma, dijo a la niña. Llévalo con cuidado".
Ella salió feliz, corriendo y saltando calle abajo. Aún no acababa el día, cuando una linda joven entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó:
-"¿Este collar fue comprado aquí? "¿Cuánto costó?
- "Ah!", dijo el dueño del negocio - "El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente".
-"Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría dinero para pagarlo".
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven y le dijo:
- Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar: “Ella dio todo lo que tenía”
El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio.